He ahí la cuestión.Por mucho que le damos vuelta a la cabeza, no nos explicamos en qué momento
surgió en nosotras el gusanillo de subir montes y hemos llegado a la conclusión de que será un extraño virus que hemos incubado en algún momento y que, al parecer, aún sigue presente (esperamos una larga vida al mismo).
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario